Mantener bien el agua de la piscina en septiembre y octubre no es nada complicado. Eso sí, debes evitar caer en ciertos errores si lo que quieres es mantenerla en buen estado. Con el final de las vacaciones de verano el tiempo cambia mucho, llegan los días nublados, las tormentas, la temperatura ambiental baja poco a poco y sin darnos cuenta los baños en la piscina se van acabando. ¿Hora de apagar motores? Para nada. Durante los meses de septiembre y octubre aún podemos disfrutar de días e incluso semanas en los que apetezca refrescarse cuando apriete un poco el sol. Dependiendo de las horas en las que dé a nuestra piscina, habrá momentos en los que el agua estará más o menos fría. Hay quien piensa que usar un tratamiento de hibernación que dosifique de forma automática cantidades mínimas de desinfectante, algicida y floculante puede ahorrar problemas. Pero lo cierto es que confiar en eso demasiado pronto es lo que puede echar por tierra todo el cariño que le hemos puesto a nuestra piscina a lo largo del verano. Para que lo que se llama un hibernaje activo (encendiendo el equipo de filtración una o dos horas al día) sirva para preservar el estado del agua fuera de temporada, su temperatura debe estar por debajo de los 12°C. Por encima es cuando las bacterias y algas proliferan más fácilmente. Las proporciones de los tratamientos químicos “todo en uno” que incluyen los productos de hibernaje son insuficientes para evitar su reproducción.
¿Entonces qué podemos hacer? Pues muy fácil. Bajamos un 30% las horas de filtración de la piscina. Pongamos que una piscina de medidas estándar suele filtrar unas 8 horas en verano. Ahora bastarían entre cinco y seis horas, por ejemplo. Además, en caso de usar producto químico para desinfectarla, vamos reduciendo también su dosificación. Al no hacer tanto calor, el cloro no se evapora tan rápido. La reposición se ajustará simplemente para mantener los niveles entre 0,6 y 1,0 ppm (partes por millón o mg/l), siempre habiéndonos asegurado de que el pH del agua, sea la óptima (entre 7 y 7,5).
Los equipos salinos, al contar normalmente con una sonda redOx (que analiza el potencial de oxidación del agua para que los niveles de producción de cloro se ajusten), seguirán trabajando al 100%, pero también durante menos tiempo. De esta manera, alargaremos la vida útil de la célula del clorador. De esta manera, será más fácil mantener en buen estado la piscina y cuando llegue el buen tiempo disfrutar rápidamente de ella.