EL VINO CUANTO MÁS VIEJO MEJOR

Se dice que el tiempo que un vino ha pasado en barrica es proporcional al tiempo que lo hemos mantenido dentro de esta, por tanto entenderás que los vinos jóvenes no pasan por este proceso en bodega y salen al mercado a los pocos meses de la vendimia deben consumirse pronto.

Ya sabrás que el vino sabe mejor con la edad debido a una compleja reacción química que ocurre entre azúcares, ácidos y sustancias conocidas como compuestos fenólicos, estas son sustancias compuestas por uno o más anillos aromáticos y al menos un grupo hidroxilo. Existen dos grandes grupo de compuestos fenólicos: los no flavonoides y los flavonoides.

Con el tiempo, esta reacción química puede afectar el sabor del vino de una manera que le da un sabor agradable. En este caso llamamos a un vino viejo o AÑEJO, este vino ha sido sometido a un proceso de envejecimiento en barrica o botella, o en ambas, durante al menos tres años es sinónimo de vino viejo. El tiempo que se necesita invertir en todos estos procesos y la calma que requieren todas las tareas han condicionado el propio diseño de las instalaciones. De este modo lo habitual en las bodegas de Jerez es que las botas (barricas de roble que suelen tener una capacidad de medio metro cúbico) se dispongan en una fila sobre otra. En la fila inferior está el vino más viejo. Es la solera, la más cercana al suelo. En cuanto se embotella su vino se traslada a la solera el de la fila superior, la primera criadera, que a su vez deja espacio para el de la fila de encima, la segunda criadera, que se libera para el de la tercera criadera. De este modo, los vinos más jóvenes se incorporan desde arriba y en su proceso de envejecimiento van descendiendo hasta la solera para acabar en botella.

Lo mínimo es que los vinos de Jerez tengan una crianza de dos años.

Los vinos más añejos cuentan con sabores producidos por la maduración del vino, dando como resultado un sabor más intenso y profundo.

Pero no todos los vinos necesitan el mismo tiempo en el caso de los  vinos Jóvenes, no se guardan más de un año y puede ser un poco más para los vinos que han pasado por barrica algunos meses (vinos jóvenes robles) pero no mucho más. Los vinos de Crianza se pueden guardar entre cuatro a cinco años, los vinos de Reserva puedes entre ocho a diez años. Y los que más los vinos de Gran Reserva que se guardan 15 años o más.

Los vinos de Jerez determinan su tipología principalmente su adición de distintos grados de alcohol sobre vinos ligeros y la posibilidad de criarlos con flor o sin ella, con más o menos oxidación, determinan la tipología de vinos de Jerez, una denominación que generación tras generación ha desarrollado el peculiar sistema de envejecimiento de sus elaboraciones en solera y criaderas.

No existe una formula exacta solo año tras año, generación tras generación, en Jerez han ido madurando los métodos para hacer que sus vinos envejezcan de la mejor forma posible. El propio proceso, a través de las distintas pruebas y sus resultados, ha derivado en diversos tipos de vino con los  que la comarca es capaz de satisfacer demandas de mercados también muy diversos.